En una mañana ensombrecida por la violencia, un valiente oficial de la Policía Industrial, Bancaria y Auxiliar (PIBA) perdió la vida mientras cumplía su deber en el centro de transferencia de basura de Cuernavaca, Morelos. El fatídico incidente ocurrió en el Polvorín, al sur del centro de la ciudad, donde el uniformado resguardaba las instalaciones.
Según las fuentes policiacas, los sicarios no dudaron en disparar hasta ocho veces contra el elemento policial. A pesar de los esfuerzos por trasladarlo al hospital, su vida se desvaneció minutos después de recibir los impactos de bala.
El centro de transferencia, ubicado en la avenida Estado de Puebla, se convirtió en escenario de una tragedia que ha conmocionado a la comunidad. Las primeras versiones apuntan a un posible intento de asalto, ya que los delincuentes parecían interesados en la caja fuerte de las empresas encargadas de la recolección y disposición de basura en la capital.
Durante la administración de José Luis Urióstegui, se anunció que las empresas KS Ambiental y Trideza serían responsables de la recolección de basura en la ciudad, a cambio de un pago mensual de 19 millones de pesos, equivalente a 233 millones al año. Sin embargo, en este trágico suceso, las fuentes policiacas señalan a la empresa DKDA como la operadora del centro de acopio de basura en Cuernavaca.
No es un caso aislado
Este homicidio no es un caso aislado. Otros asesinatos relacionados con las empresas de la basura han quedado sin esclarecer en la capital de Morelos, dejando un rastro de dolor y cuestionamientos. La Fiscalía General del Estado enfrenta el desafío de resolver estos crímenes y llevar justicia a las familias afectadas. La sociedad, por su parte, clama por un alto a la violencia y la impunidad que amenaza la seguridad de todos.
Además, los vecinos del Polvorín han expresado su indignación y miedo ante la creciente inseguridad en la zona.
Se espera que se implementen estrategias de prevención del delito y se refuercen los protocolos de seguridad en los centros de transferencia de basura. Mientras tanto, las banderas ondean a media asta en señal de luto por la pérdida de un héroe anónimo, y la comunidad se pregunta cuántas vidas más se cobrará la violencia antes de que se haga justicia.
